Lograr un equilibro en la vida cuando estás emprendiendo suele ser un tema muy profundo y difícil de hacerlo realidad. En la mayoría de los casos, suele ser porque nos volcamos de lleno en nuestro proyecto, llegando a sentirlo como un bebé.
Mayor responsabilidad, ¿no? Hasta sientes que los hombros te pesan de la presión.
Esto lo aprendí por las malas, pues por alguna extraña razón, pensaba que si trabajabas mucho mejor te iba a ir en la vida. De hecho, esto nace porque me inculcaron que la vida se basa en trabajo duro:
Ahora comprendo que la clave es cambiar el trabajo duro por el trabajo inteligente. Por eso, en esta entrada te daré los pasos que sigo (y repito) para lograr el equilibrio con mi emprendimiento.
Identifica un hobby
Un hobby es el pasatiempo que te ayuda a conectar contigo. Es algo que solo tú puedes encontrar porque es lo dices o piensas que te gustaría hacer en tu tiempo libre. Bien puede ser correr, pasear en bici, hacer compras e incluso dormir.
Una vez lo tengas identificado, solo queda obligarte a hacerlo.
Antes yo tenía la oficina en mi casa. Aunque había delimitado los espacios entre el lugar de “trabajo” y mi hogar, me resultaba desgastante estar siempre ahí. Ahora, para cuando escribo esta entrada, ya nos hemos mudado y puedo decir que es la mejor decisión que he tomado.
Por eso es necesario que salgas y hagas lo que te gusta. Además de conectar contigo, y ayudarte a dejar a un lado las presiones del emprendimiento, lograrás hacer un reboot:
Empiezas a encontrarle sentido a las cosas. De repente entiendes que no todo es trabajar, estar detrás de la computadora hasta quemarte y no poder más, estar creando sin parar…
Otra manera de hacerlo es a través de tus seres queridos. Contacta con esas personas que te ponen los pies sobre la tierra. Bien sea tu familia, amigos, tu pareja u otras personas que hagan parte de tu vida y le den sentido.
Cambia de mentalidad
Desde mi punto de vista, esto es el elemento más importante para mejorar nuestro estilo de vida. A pesar de tener asentado en nuestra mente la creencia errónea de trabajar mucho como un sinónimo de éxito.
Es posible que te encuentres una persona que trabaja solo 4 horas y tenga más éxito que otra que invierte 17 horas de su tiempo.
Aquí entra el concepto de trabajar inteligente. La mejor manera de lograrlo es buscando vías y métodos para automatizar procesos dentro de tu negocio para que cada vez sea menos necesario que tú estés presente.
Asimismo, es necesario que tomes descansos, medites o establezcas momentos para relajarte. Una actividad que te saque de la rutina que vienes teniendo y suena a “trabajar, trabajar y trabajar”.
Un cambio de mentalidad marcará la diferencia entre tu productividad, tu equilibrio y tu éxito empresarial.
Evita contarle tus objetivos al mundo
Este es una acción que solemos tomar por la emoción de nuestros proyectos, pero cuando lo compartimos se crea una presión innecesaria porque sientes que DEBES hacerlo realidad. Incluso puedes caer en el famoso “qué dirán” sin proponértelo.
Te invito a que te preguntes esto:
¿Estoy buscando la aprobación del mundo al contarle mis objetivos laborales?
De hecho, querer cambiar de objetivo porque no te aporta, no te mueve o solo no te beneficia… ¡Está bien! Decidir dejar de hacerlo depende de ti y no está mal.
Recuerda que, aunque nos enseñen desde pequeños que hay una competencia eterna con la vida, siempre tendremos la potestad de elegir el rumbo a seguir.
Ah, en el caso de estar en una reunión y querer compartir tus objetivos laborales… ¡Tomate una pausa! Respira y piensa en otro tema del que quieras hablar. Algo que no esté relacionado con tu negocio o aspiraciones profesionales.
Practica el silencio
Ahora sí, mi último consejo revolucionario que me ha funcionado mucho. El silencio es revitalizador, a pesar de que lo pinten como un villano, y ayuda a conocerte más.
Para ponerlo en acción hice lo siguiente: notifiqué a mis círculos de amistades que no estaría disponible durante ese día para no ser molestado. Entonces, evité por completo:
- Leer.
- Ver la televisión.
- Revisar el teléfono.
- Entrar en redes sociales.
- Hablar conmigo mismo.
Siendo honesto, fue muy desafiante (más para mí que me encanta hablar), pero llega un momento en que logras conectar con el propósito de tu vida, tus motivaciones y deseos más profundos. Incluso llegas a escuchar tus propios pensamientos.
En ese momento… muy crucial… te darás cuenta si eres una persona que piensa en positivo o piensa en negativo.
Si eres de los que piensa así… ¡Has dado un gran paso: reconocer que lo eres! Si es necesario pide ayuda, encuentra una persona que te guía en el camino y que verdaderamente aporte valor a tu cambio. Recuerda:
Siempre podemos cambiar. Solo tenemos que proponerlos ejecutar el cambio en nosotros para lograrlo.
Recuerda que puedes visualizar esta entrada en su formato vídeo. Aquí te dejo el link:
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¡Nos vemos la siguiente semana!